Crucero Bálticos 2.010 - 18/08, San Petersburgo (Rusia)

SAN PETERSBURGO (Rusia)

Llegada: El Miércoles día 18 de Agosto de 2.010.
Horario de la escala: de 7:00 am a 19:00 pm. (Embarque a 18:30).
Total: 13 y 1/2 horas de visita.

En esta ciudad, la casi única posibilidad de bajar a tierra es a través de excursiones organizadas, bien a través de Costa o de agencias locales. Es necesario visado de entrada y en España es bastante complicado de obtener, pues lleva bastante papeleo y más de una visita a la embajada. Si vas en grupo organizado, las autoridades conceden un visado colectivo del grupo que te vale para el tiempo de la visita.

Nosotros, al no poder formar grupo organizado desde aquí, optamos por contratar con Costa la visita. Elegimos la de “visita a la ciudad y El Hermitage”, con la comida incluida y una duración aproximada de 9 h.



Aunque el atraque, era a las 7h, nuestra excursión comenzaba sobre las 9h, lo que nos permitía no darnos el gran madrugón y poder desayunar tranquilos. San Petersburgo nos recibió lloviendo, aunque a la hora de partida había parado.

Desembarcamos y nos dirigimos al edificio de aduana para entrar en Rusia. Contrario a lo que dicen en algunas webs y foros, no tardamos ni cinco minutos en que nos sellaran el pasaporte. Aquí tengo que dar un 10 a la naviera, pues tengo entendido que hacían las salidas de las excursiones escalonadas para no formar atascos. También es verdad que el puesto aduanero es nuevo y grande, y tenía por lo menos 15 garitas de entrada.

A la salida del edificio, nos estaba esperando nuestra guía Irina para indicarnos el autobús. Tardamos un rato en llegar al centro de la ciudad, pues como es casi habitual el puerto está alejadísimo del centro. Mientras contemplábamos la periferia de la ciudad, vamos escuchando interesantes explicaciones. A San Petersburgo la llaman “la ciudad de las fachadas”, pues según iremos comprobando durante todo el día hay calles donde los palacios están unos a continuación de los otros. También es cierto que hace falta una sería limpieza y reparación de muchos de ellos. Irina dice que por dentro están en bastante peor estado que por fuera, con lo que nos hacemos una idea de cómo viven algunos ciudadanos.

Un poco de historia via wiki: “La fundación de la ciudad es un capricho del zar Pedro el Grande en 1703 con la intención de convertirla en la "ventana de Rusia hacia el mundo occidental". A partir de entonces se convirtió en capital del imperio ruso durante más de doscientos años hasta que tras la revolución rusa la capital del país regresó a Moscú.

La construcción de la ciudad bajo condiciones climáticas adversas produjo una intensa mortalidad entre los trabajadores y requirió un continuo aporte de nuevos obreros. Dado que el poblamiento de la región era escaso, Pedro el Grande utilizó su prerrogativa de zar para atraer forzosamente a siervos trabajadores de todas partes del país. Una cuota anual de 40.000 siervos llegaba a la ciudad, equipados con sus herramientas y sus propios suministros de comida.

Habitualmente recorrían cientos de kilómetros a pie en filas, escoltados por guardas que, para evitar las deserciones, no dudaban en usar la violencia física. Como consecuencia de su exposición al clima, las deficientes condiciones higiénicas y las enfermedades, la mortalidad durante estos primeros años fue muy elevada, llegando a perecer año tras año hasta el 50% de los trabajadores que llegaban".

En invierno hace mucho frio. Debido a su ubicación geográfica, a casi 60º latitud norte, la gente decía que el zar "estaba loco" por edificar su capital en un clima tan extremo.

Llegamos al fin al centro de la ciudad considerado por la Unesco patrimonio de la humanidad. Nuestra primera visita del día fue la Fortaleza de San Pedro y San Pablo. Dado que la construcción de la ciudad comenzó en tiempo de guerra, el primer edificio nuevo de la ciudad fue este fuerte militar. Se levanta sobre la isla de Zaiachiy en la ribera derecha del río Neva.

Dentro de la Fortaleza hay varios edificios, entre ellos vamos a visitar el interior de la Catedral, que contiene las tumbas de los zares. Otro edificio interesante, que no nos dejan visitar por motivos fáciles de entender es la Casa de la Moneda, donde se imprimen y acuñan los billetes y monedas del país.

Fortaleza de Pedro y Pablo desde el Neva

La Catedral


La Casa de la Moneda, dentro de la fortaleza.

El pasado todavía perdura. Detalle del frontal de la casa de la Moneda.

Al salir, vimos una estatua del zar cuya cabeza está muy desproporcionada con respecto al cuerpo. Como he dicho antes, la gente acusaba al zar de “tener poca cabeza” para edificar esta ciudad tan al norte.


Vuelta al autobús, y como había empezado otra vez a llover y además no era muy tarde, nuestra guía decide cambiar el itinerario e ir al Hermitage, donde con suerte no tendríamos mucha cola para entrar y cuya visita nos duraría hasta la hora de comer.


Fachada vista desde la otra orilla del Neva

El Hermitage se encuentra situado en el corazón de San Petersburgo, entre el malecón del río Neva y la Plaza del Palacio. Ocupa cinco edificios unidos (el Palacio de Invierno, el Teatro de Hermitage, el Hermitage Pequeño, el Hermitage Viejo y el Nuevo Hermitage) que forman un hermoso conjunto arquitectónico. Su colección está formada por más de 3 millones de piezas, abarcando desde antigüedades romanas y griegas, a cuadros y esculturas de la Europea Occidental, Arte oriental, piezas arqueológicas, Arte Ruso, joyas o armas. Su pinacoteca está considerada, junto con el Museo del Prado, como la más completa del mundo.






Logramos entrar sin cola y empezamos a ver salas y mas salas todas de gran belleza. Que derroche, que lujo. Piensas que con razón se levanto el pueblo contra el zar. Realmente cuadros vemos pocos, ya que nuestra guía se decanta porque veamos cuantas más salas mejor. La sala dorada, la sala de malaquita, las cuatro espectaculares puertas hechas de carey (concha de tortuga). Solamente nos detenemos en los cuadros de Leonardo da Vinci, algo de pintura española (Velazquez, El Greco) y la gran sala dedicada a Rembrandt. La duración total de la visita es de un par de horas aproximadamente. Por las ventanas vemos bonitas vista de la Ciudad y del Neva.




Las columnas Rostrales, frente al museo

Cuando terminamos la visita, nos dirigimos a comer. Un restaurante estilo alemán donde en un salón nos acomodarons tres autobuses de excursiones. El local era nuevo, muy nuevo. La comida, que estábamos algo asustados por lo que nos habían comentado, la verdad es que estaba buena. Lo mejor fue que nos dieron barra libre de vodka, y algunos tuvimos que contener el ímpetu de los camareros en llenar los vasos.

El restaurante estaba en la propia Av. Nevsky, muy cerca de la estación de ferrocarril de Moscú.


Al salir del local, nos encaminamos hacia la parada en la tienda de souvenirs. En un principio pararíamos una media hora, pero al final fue más de una hora. Al ir en grupo, terminas comprando donde te llevan. La tienda es bastante grande, y hay mucho donde elegir. Seguro que al doblar la esquina todo era más barato, pero no era cuestión de largarse por la ciudad solo.

Compramos regalos para la familia y nuestra amiga la nevera. Al fin abandonamos la tienda y tenemos una sorpresa. Pasamos por delante de la catedral de Kazan, e Irina nos dice que vamos a ir a la Iglesia del Salvador Sobre la Sangre Derramada, uno de los iconos turísticos de la ciudad. También llamada La iglesia de la Resurrección de Cristo fue erigida en 1883-1907 como templo-monumento en el lugar donde el 1 de marzo de 1881 fue herido mortalmente el emperador Alejandro II. El edificio está estilizado en el espíritu de la arquitectura rusa de los siglos XVI-XVII, en particular de la catedral moscovita del Manto de la Virgen (tempo de San Basilio Beato). La ornamentación multicolor, se refleja en las aguas del canal Griboédov. Las fachadas están revestidas con ladrillos esmaltados, baldosas y azulejos.

Catedral de Kazan

San Salvador

San Salvador

Canal junto a San Salvador

Al llegar, observamos que estaba lleno de parejas de novios. Es muy normal en la ciudad ir a hacerse fotos los recién casados después de la ceremonia. También es normal ir en limusina. Vimos varias, pero las más llamativas eran las Hummer larguísimas de color de rosa. No pudimos entrar a ver el interior de San Salvador pues cierran los miércoles, día de nuestra escala.


Después de hacer fotos, otra vez para el bús  y nos dirigimos otra vez al Neva, para ver las columnas Rostrales, antiguos faros de la ciudad, y el Hermitage desde la otra orilla del río. Encontramos un pequeño mercadillo al que ya no hacemos mucho caso al haber comprado en la “tienda oficial”.

Sobre las fotos, decir que nos habían en la ciudad no se podían hacer fotos dentro de los monumentos y museos. Que si querias fotografiar, tenias que pagar. A nosotros no nos pusieron ninguna pega en los sitios que visitamos.

Estas columnas fueron construidas en 1810 en un cabo de la isla Vasilievsky, que es la isla más grande de la ciudad. Están adornadas con figuras de piedra que simbolizan los ríos rusos: el Volga, el Dniéper, el Neva y el Vóljov. Asimismo, los pedestales están completados por representaciones esculturales de rostros y de proas de buques.

En la parte más alta de las columnas hay lumbreras (para hacer fogatas) que servían en antaño de faros en la entrada en el puerto y que servían de guía para los marineros. Ahora sólo las encienden en grandes fiestas conmemorativas.


McDonalds


Después de un rato para ver las vistas, volvimos al barco. Pasamos el control de salida de nuevo sin colas. Cuando entras en el país, te dan un papel que tienes que devolver a la salida. Embarcamos, duchita, y vamos al restaurante de pago Atlántica, pues tenemos reserva para cenar con nuestros compañeros de cena y ya amigos. En todos los buques de Costa, además del restaurante normal a la carta, existe otro con menús más elaborados. Están supervisados por un cocinero italiano poseedor de una estrella Michelín.  Se llenaba todos los días. Tiene un coste adicional de 20 € por persona sin bebidas.

Luego de la cena, un buen rato de tertulia en nuestro segundo hogar en el barco, el Café Florián. A la mañana siguiente nos podíamos levantar tarde, pues es el otro día de solo navegación que hay en el crucero.

Otro anochecer espectacular (y van…)




Warnemünde-Rostock nos esperan en la siguiente escala de nuestro viaje.

Si te quieres descargar nuestro recorrido por San Petersburgo, pincha en el siguiente  enlace